sábado, 28 de enero de 2017

Un solo examen para cupo universitario y graduación

El examen Ser Bachiller, que unificó el examen de grado y el de ingreso a la universidad ENES, tendrá como calificación mínima 700 puntos para que los estudiantes de bachillerato puedan graduarse y obtener un cupo en la universidad.

Según explicó Antonio Malo, coordinador zonal de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Senescyt, el nuevo examen "es distinto al Ser Bachiller que se tomaba el año pasado, es una fusión del ENES y el examen de grado. El ENES no desaparece, se integra al Ser Bachiller. Los estudiantes dan el examen y tienen que seguir el proceso normal de postulación dependiendo de la universidad".


En el proceso anterior los estudiantes tenían que dar el examen de grado -llamado Ser Bachiller- en el que el puntaje mínimo era 700 sobre 1000 para graduarse, y otro examen para poder acceder a la universidad que era el ENES en que tenían que alcanzar un puntaje mínimo de 601 para poder postular. Ahora el puntaje es uno solo, pero se mantienen los criterios de acceso a algunas carreras para las cuales el puntaje requerido es mayor a 700 puntos.


Lo importante de este examen, a decir de Francisco Quesada, coordinador zonal de Educación, es que los estudiantes van a tener que capacitarse para un solo examen y aseguró que los maestros están preparados para trabajar con ellos para que puedan rendir esta prueba.

Examen
Los estudiantes deberán dar un examen de 155 preguntas de opción múltiple, que evaluará aptitudes y destrezas, razonamiento abstracto, dominios matemáticos, linguísticos, científicos y sociales, señaló Quesada, quien además puntualizó que quienes no obtengan la calificación mínima de 700 puntos tendrán una segunda oportunidad.
El examen durará tres horas. Hay 1.000 tipos de pruebas para garantizar que cada alumno tenga una diferente a la de su compañero. Además el coordinador sostuvo que es una examen seguro que se hará de forma digital, sin posibilidad de que exista la filtración de las preguntas.


Tiempos
En marzo, los estudiantes de la Zona 6 que están bajo la modalidad del régimen Costa como Ponce Enríquez, Oña, Santa Isabel y La Troncal rendirán el examen unificado, mientras que en el resto de cantones se estima que será entre los meses de junio y julio. Esta será la primera vez que se tome el unificado examen Ser Bachiller.
La población no escolarizada que no pudo acceder a un cupo en la universidad también podrán rendir esta prueba. (TPM) (I)

Ser Bachiller

El examen Ser Bachiller servirá para graduarse y obtener un cupo en la universidad.

Puntaje

La calificación requerida para el proceso será de mínimo 700 puntos sobre 1.000.

Examen

El examen constará de 155 preguntas de opción múltiple y durará tres horas.



Fuente

Miles de médicos generales no acceden a becas de posgrado

Diego Bravo y Mariela Rosero 


Lo ha intentado en cuatro ocasiones y no lo ha conseguido. Alejandro Hidrovo es un médico general, de 34 años, que ha participado, del 2012 al 2016, en concursos para obtener una beca y seguir un posgrado financiado por el Ministerio de Salud (MSP), en cirugía general, sin resultar elegido entre miles de aspirantes.

La Cartera de Salud ha suscrito convenios con 18 universidades para la formación de especialistas. Del 2013 al 2016, a través del Proyecto de Fortalecimiento del Talento Humano, ha invertido USD 111 millones, de un total de 300 millones disponibles hasta el 2020.

Pese a ese esfuerzo, cada vez que hay una convocatoria se evidencia una demanda que supera la oferta. Eso confirman directores de posgrado y decanos de las facultades.

La falta de cupos es un problema, opina Leonardo Bravo, director ejecutivo de la Asociación de Facultades de Ciencias Médicas y de la Salud (Afeme). Afirma que "hace 15 años se graduaban unos 500 médicos al año y había 200 cupos para posgrados. Ahora más de 2 000 jóvenes se forman y como máximo hay 500 plazas de especialidad".

El decano de Medicina de la U. Central, Ramiro López, cuenta que en el último concurso del 2016, para 16 especialidades hubo 299 cupos y se inscribieron 6 100 médicos generales. Se escogió a quienes acreditaron las mejores calificaciones, experiencia, publicaciones e investigaciones.

Luis Eguiguren, director de Especialidades Médicas de la U. San Francisco de Quito, anota que el año pasado hubo más de 50 profesionales para 10 plazas en posgrados de neurocirugía y neonatología.

Susana Alvear, coordinadora de los posgrados de Medicina de la U. Católica, indica que en la última convocatoria para 15 especialidades hubo 262 plazas y 5 361 aspirantes.

"La universidad debe responder a las necesidades de salud", apunta Andrés Egas, director de Normatización de Talento Humano del MSP. Subraya que no depende del Ministerio la apertura de posgrados ni el número de cupos.

Admite que en las últimas convocatorias hubo 8 335 postulantes entre la Central, Católica y USFQ y solo 815 cupos.

El MSP junto con la Comisión de Salud del Consejo de Educación Superior (CES) analizan la pertinencia de un curso. Para eso revisan la brecha (déficit-excedente) de ciertos especialistas. El CES confirma que haya un tutor o profesor por cada cuatro estudiantes, en buena parte de posgrados. En otros como Neurociguría, la exigencia es 1 a 1.

A diferencia de otros profesionales, un pediatra o un cirujano no se forman, anota Egas, en las aulas. Sino en el servicio en unidades de salud y supervisado por tutores.

Egas comenta que han pedido a las universidades formar genetistas, por ejemplo. Pero que la respuesta es "si me dan los tutores", para diseñar la malla y dar las clases. En el 2016 volvieron 103 profesionales titulados en Cuba en genética clínica, anestesiología, nefrología, entre otras. Se espera que ellos además de devengar su beca (dos años por cada año de formación) en hospitales, sean contratados por instituciones de educación superior.

La esposa de Hidrovo estudia Medicina Familiar en la Católica. Al igual que él, intentó varias veces hasta ingresar.

Lo mismo pasó con Miguel Bolaños, quien estudia y trabaja al mismo tiempo en el Hospital E. Alfaro del IESS, con beca. Eso no ocurre con su compañera de aula, Silvia Zuquillo, quien se costea su posgrado. Labora en una clínica privada. Optó por inscribirse en el sistema de autofinanciamiento. "Aún así es difícil porque miles de personas quieren ingresar".

En promedio, por cada becario, al año, el Estado invierte en centros públicos y privados, entre USD 20 000 y 25 000. Si la formación dura tres años son unos 65 000. En Imagenología, en la Central, por cuatro años, la inversión total es de USD 81 000. En la Católica, 92 000.

En el Hospital Andrade Marín, del IESS, en Quito, los posgradistas están en el 50% de servicios, lo que en términos de trabajo científico es positivo. Eso sostiene el doctor Andrés Calle, coordinador general de docencia. Eran 121 alumnos en anatomía patológica, cirugía general, ginecología y obstetricia, imagenología, terapia intensiva, emergencias, nefrología, entre otros. 36 de ellos terminaron su formación.

Ante la poca oferta, hay médicos generales que buscan estudiar afuera. Unos lo hacen por su propia cuenta. Y otros son becarios en el . Según datos de la Senescyt, 3 659 becas para estudios de especialización de médicos en el extranjero se entregaron entre 2007 y 2015.

Todos los médicos generales apuestan por una especialidad pues la gente busca eso -dice- el Decano de la Central, en donde se gradúa al 33% de profesionales en esta rama.

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Así se ingresa a la universidad en los otros países de Sudamérica

Si bien algunos vecinos cuentan con una evaluación estandarizada como la PSU, la diversidad de vías de ingreso es común en los procesos de admisión.

Tras 14 años de aplicación, desde el 2003, la Prueba de Selección Universitaria es un proceso estandarizado en Chile. Sin embargo, la realización de un examen fundamental para el ingreso a la Educación Superior no es una práctica universal en Sudamérica. De hecho, la modalidad nacional de admisión es minoritaria en el continente y, en los otros territorios, algunos recintos de alto nivel no estipulan pruebas de admisión para matricular alumnos.
Revise a continuación ejemplos de países y universidades de Sudamérica.

Argentina

Facultad de Ciencias Económicas, U. de Buenos Aires
 

En el vecino trasandino, a diferencia del modelo chileno, no existe una prueba estandarizada. Por lo tanto, cada universidad (pública o privada) establece sus propios requisitos de ingreso. En la Universidad de Buenos Aires (UBA), una de las más tradicionales de Iberoamérica, no se aplica prueba, sino el denominado Ciclo Básico Común (CBC). En él, el alumno cursa dos cuatrimestres con tres ramos cada uno -  compuesto por dos materias globales, dos determinadas por la orientación de la carrera y otras dos propias de la carrera en sí -, y sólo ingresa a la universidad si aprueba esa etapa.
También existen planteles que aplican pruebas propias, como la Universidad Central de la Plata, y otras que ofrecen diversas formas de ingreso, como la Pontificia Universidad Católica Argentina (que tiene cursos a aprobar para ingresar, modalidades de ingreso directo, entre otras formas).

Brasil

Facultad de Derecho, U. de Sao Paulo
 

El país más poblado del continente tiene una prueba estandarizada, llamada ENEM (Examen Nacional de Enseñanza Media), pero que apenas sirve para entrada directa a las universidades públicas federales y parcialmente para algunos planteles estatales (es decir, dependientes de los Gobiernos regionales y no del nacional). En el resto de los casos, cada recinto (público o privado) realiza su propio test de admisión.
Otras diferencias se ven en la modalidad de prueba, ya que es común dividir la evaluación en dos etapas sin ofrecer selección de asignaturas. Por ejemplo, el estudiante que busque entrar a Filosofía en la Universidad de Sao Paulo debe realizar una prueba de selección múltiple que involucra desde lenguaje, historia e inglés hasta física, química y biología. Y en caso de tener un mínimo necesario de puntaje, debe realizar pruebas de desarrollo sobre las mismas asignaturas para ver si logra ingresar.

Perú

Fachada Campus Pando, PUC del Perú
 

En el país vecino del norte no existe una prueba estandarizada para ingresar a la Educación Superior, sino que cada plantel aplica sus propios requisitos. Existe la admisión a través de un examen de conocimientos de la Enseñanza Media; el ingreso directo para deportistas destacados; para alumnos exonerados de prueba de admisión por primer puesto de calificaciones en Enseñanza Media, entre otras modalidades.
La Pontificia Universidad Católica del Perú, por ejemplo, tiene una prueba propia llamada Evaluación de Talento y, al mismo tiempo, determina que los dos primeros puestos de calificaciones de los centros educativos del país ingresan si alcanzan como mínimo 500 puntos. Y en caso de que no lleguen a ese puntaje, podrán ingresar si su registro obtenido es igual o mayor al del último admitido a la unidad a la que postula. Por otro lado, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) estipula una semana de diversas pruebas: matemáticas, física y química y finalmente una evaluación de ciencias sociales.

Uruguay

Casa Central de la U. de la República
 

De manera similar al sistema argentino, las distintas universidades determinan su admisión y establecen tests de ingreso o cursos de nivelación.
La Universidad de la República, la más importante de Uruguay, adhiere a la prueba universitaria, mientras que la Universidad de Montevideo, otro de los establecimientos más importantes, estipula tanto una prueba de aptitud (que considera contenidos relacionados a la carrera a la cual se postula) como también una entrevista.

Colombia

Instituto de Geografía Agustín Codazzi, de la U. Nacional de Colombia
 

En el país cafetero, nuevamente se evidencia un modelo mixto de prueba estandarizada y evaluación propia. La prueba Saber 11° funciona como la prueba de los aspirantes a la Educación Superior en Colombia, pero la prueba es distinta porque se divide en ciencias naturales, ciencias sociales y ciudadanas , matemáticas, lectura crítica e inglés.
A su vez, por ejemplo, la pública Universidad Nacional de Colombia tiene una prueba propia para seleccionar a sus estudiantes. En ella se considera matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales (en la cual se incluye filosofía), análisis textual y análisis de imagen en una evaluación de 120 preguntas dividida en dos partes.

Venezuela

Aula Magna de la U. Central de Venezuela
 

El test fundamental del proceso de entrada a la Enseñanza Superior en Venezuela es la Prueba Nacional de Exploración Vocacional (PNEV). Según el Gobierno, su fin es "ayudar a los estudiantes a tomar una decisión sobre su futuro profesional, mediante la exploración de sus gustos, intereses y motivaciones. Ésta no mide conocimientos, ni tampoco tiene fines de exclusión social como la ya eliminada Prueba de Aptitud Académica".
Y si bien el gobierno venezolano se ha manifestado contrario a exámenes de admisión, al considerarlo un elemento discriminatorio, algunos planteles toman el promedio de notas escolares del candidato para su ingreso y otros -como la Universidad Central de Venezuela (UCV)- establecen sus pruebas propias.

Ecuador

Edificio Maxwell, de la U. San Francisco de Quito
 

Para entrar a la universidad, los ecuatorianos realizan la prueba ENES (Examen Nacional para la Educación Superior, que hasta 2014 era obligatorio para todo estudiante de último año de Enseñanza Media). A partir del segundo semestre de este año, se unificó dicha evaluación con el examen Ser Bachiller, con el cual los postulantes deben cumplir con puntajes mínimos tal como en las universidades nacionales.
Eso sí, los distintos planteles pueden aplicar procesos adicionales para admitir alumnos en sus cursos, como entrevistas, audiciones, ensayos, entre otros métodos. Por ejemplo, la Universidad San Francisco de Quito estipula una Prueba de Aptitud Académica (PAA) que considera razonamiento en matemáticas, redacción indirecta y aptitud verbal.


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