Los niños tienen mucha energía que es necesario encauzar; para ello,  puedes tomar este artículo de guía y ayudarlos a desarrollar sus habilidades.  ¿Más clases después de clases? ¡Es una buena idea!
Erika Otero Romero
      Los niños siempre han tenido mucha  energía, tanto física como mental. No es raro, por consiguiente, que después de  que lleguen de la escuela a casa quieran, literalmente, comerse el mundo. Sé  que es usual en tu casa la imagen de tus hijos sacándose la mochila de la  espalda, a la vez que se van descalzando los zapatos escolares y corren a la  cocina para ver qué hay de comer; luego de eso, tienes que ponerlos en cintura  o es posible que la televisión sea el paso siguiente. Tú ya sabes lo que han de  hacer enseguida: tareas (deberes), un baño relajante, es posible que un rato de  televisión o de lectura, la comida y quizá juegos antes de ir a dormir.
La rutina familiar
La rutina depende mucho de cada familia, pero si en  algo concuerdan conmigo es que los niños no se agotan y que no se quedan  quietos ni cuando duermen. No es que esto esté mal, porque un niño quieto es  señal de que está enfermo o algo malo le ha pasado.
Pero —desde mi perspectiva— se debe  encauzar toda esa energía en actividades que no sólo los diviertan, sino que  les dejen una enseñanza y a veces no basta con que tengan en casa una colección  completa de libros o películas de su gusto; en ocasiones necesitan compartir  con niños de su edad, divertirse y, ¿por qué no?, aprender de manera didáctica.
A razón de lo anterior te recomendaré algunas  actividades que están al alcance de todo bolsillo para que tus niños empleen  toda su energía e inviertan su potencial después de clase. Eso sí, antes quiero  advertirte que no es que crea que nadas en el mar de la abundancia, y muchas  actividades que me atrevo a recomendar las imparten en las mismas escuelas  donde estudian tus niños, en clubes del barrio o en las bibliotecas públicas, y  ya depende de ti si quieres pagar para que tus hijos reciban algún curso  adicional:
Un idioma extra
En muchas instituciones educativas les enseñan a los  niños inglés básico, y puede resultar frustrante no acoplarse al ritmo del  maestro o de algunos compañeros. Por años yo obtuve muy malas calificaciones en  este idioma. Cuando cursé mis dos últimos años de escuela elegí francés como  idioma opcional y me fue muy bien, a pesar de que es una lengua más compleja.  Al ingresar a la universidad debía estudiar un idioma obligatorio y opté por el  que siempre me había dado batalla: inglés. Para mi sorpresa descubrí que se  trata de un idioma sencillo, cuando tienes un profesor adecuado. Así es: no  está de más que tu niño haga un curso extra que de seguro le ayudará en su  escuela.
Un deporte que le guste
Futbol, básquetbol, atletismo, volibol, el que sea; te  garantizo que no sólo ayudará a tus hijos a ser más sociales, competitivos,  tener una mejor salud y allegarse disciplina; es probable, además, que las  mensualidades sean cómodas o que incluso en la escuela se impartan como clases  extra.
Ballet, danzas folclóricas,  teatro o ajedrez
En las escuelas también suele haber clubes de baile  –por lo menos en Colombia, a los niños suelen darles clases de danza  folclórica–. Tienen clubes de ajedrez y otras clases que los ayudan a ser  también como las del párrafo anterior, más sociales y disciplinados.
Las bibliotecas públicas también suelen ofertar clases  de danza, ballet, pintura, teatro, computación, entre otras y de manera  gratuita; de modo que sólo queda que tú y tu hijo elijan.
Cursos de pintura u origami,  meditación o yoga
Quizás para este tipo de cursos sí tengas que poner  algo más de dinero, pero son actividades que despiertan la creatividad de tus  niños, también la disciplina y la concentración; pero no serán una mala  inversión porque los incentivarán no sólo a distraerse, sino a conocer más de sí  mismos, controlar sus impulsos y abrir la mente a nuevas cosas.
Disfrutar de los hijos es algo natural en los padres y  madres del mundo entero, pero es de reconocer que a veces son inagotables y tú  necesitas un respiro, recobrar fuerzas. Opta entonces por inscribirlos en algún  curso. Incluso, podrías hacer alguno de esos cursos con tus hijos, verás que  convivirán y se divertirán como familia.