viernes, 16 de octubre de 2015

Las actividades extracurriculares. ¿Son buena idea?

Los niños tienen mucha energía que es necesario encauzar; para ello, puedes tomar este artículo de guía y ayudarlos a desarrollar sus habilidades. ¿Más clases después de clases? ¡Es una buena idea!

Erika Otero Romero
      Los niños siempre han tenido mucha energía, tanto física como mental. No es raro, por consiguiente, que después de que lleguen de la escuela a casa quieran, literalmente, comerse el mundo. Sé que es usual en tu casa la imagen de tus hijos sacándose la mochila de la espalda, a la vez que se van descalzando los zapatos escolares y corren a la cocina para ver qué hay de comer; luego de eso, tienes que ponerlos en cintura o es posible que la televisión sea el paso siguiente. Tú ya sabes lo que han de hacer enseguida: tareas (deberes), un baño relajante, es posible que un rato de televisión o de lectura, la comida y quizá juegos antes de ir a dormir.

La rutina familiar

La rutina depende mucho de cada familia, pero si en algo concuerdan conmigo es que los niños no se agotan y que no se quedan quietos ni cuando duermen. No es que esto esté mal, porque un niño quieto es señal de que está enfermo o algo malo le ha pasado.
Pero —desde mi perspectiva— se debe encauzar toda esa energía en actividades que no sólo los diviertan, sino que les dejen una enseñanza y a veces no basta con que tengan en casa una colección completa de libros o películas de su gusto; en ocasiones necesitan compartir con niños de su edad, divertirse y, ¿por qué no?, aprender de manera didáctica.
A razón de lo anterior te recomendaré algunas actividades que están al alcance de todo bolsillo para que tus niños empleen toda su energía e inviertan su potencial después de clase. Eso sí, antes quiero advertirte que no es que crea que nadas en el mar de la abundancia, y muchas actividades que me atrevo a recomendar las imparten en las mismas escuelas donde estudian tus niños, en clubes del barrio o en las bibliotecas públicas, y ya depende de ti si quieres pagar para que tus hijos reciban algún curso adicional:

Un idioma extra

En muchas instituciones educativas les enseñan a los niños inglés básico, y puede resultar frustrante no acoplarse al ritmo del maestro o de algunos compañeros. Por años yo obtuve muy malas calificaciones en este idioma. Cuando cursé mis dos últimos años de escuela elegí francés como idioma opcional y me fue muy bien, a pesar de que es una lengua más compleja. Al ingresar a la universidad debía estudiar un idioma obligatorio y opté por el que siempre me había dado batalla: inglés. Para mi sorpresa descubrí que se trata de un idioma sencillo, cuando tienes un profesor adecuado. Así es: no está de más que tu niño haga un curso extra que de seguro le ayudará en su escuela.

Un deporte que le guste

Futbol, básquetbol, atletismo, volibol, el que sea; te garantizo que no sólo ayudará a tus hijos a ser más sociales, competitivos, tener una mejor salud y allegarse disciplina; es probable, además, que las mensualidades sean cómodas o que incluso en la escuela se impartan como clases extra.

Ballet, danzas folclóricas, teatro o ajedrez

En las escuelas también suele haber clubes de baile –por lo menos en Colombia, a los niños suelen darles clases de danza folclórica–. Tienen clubes de ajedrez y otras clases que los ayudan a ser también como las del párrafo anterior, más sociales y disciplinados.
Las bibliotecas públicas también suelen ofertar clases de danza, ballet, pintura, teatro, computación, entre otras y de manera gratuita; de modo que sólo queda que tú y tu hijo elijan.

Cursos de pintura u origami, meditación o yoga

Quizás para este tipo de cursos sí tengas que poner algo más de dinero, pero son actividades que despiertan la creatividad de tus niños, también la disciplina y la concentración; pero no serán una mala inversión porque los incentivarán no sólo a distraerse, sino a conocer más de sí mismos, controlar sus impulsos y abrir la mente a nuevas cosas.
Disfrutar de los hijos es algo natural en los padres y madres del mundo entero, pero es de reconocer que a veces son inagotables y tú necesitas un respiro, recobrar fuerzas. Opta entonces por inscribirlos en algún curso. Incluso, podrías hacer alguno de esos cursos con tus hijos, verás que convivirán y se divertirán como familia.



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