domingo, 26 de mayo de 2013

Médicos con frontera

Por: Manuel Obregón S.

Con sorpresa, leo en El País de España, que los médicos cubanos que viven en la isla son “exportados” a Venezuela como si fuesen mercancía a cambio del codiciado petróleo. Las llamadas misiones médicas a Venezuela alcanzan la suma increíble de 45 mil profesionales en sus distintas áreas, y, a cambio, el gobierno recibe 105 mil barriles diarios de petróleo, o, sea, aproximadamente 38 millones al año. También se afirma que el gobierno de ese país puede percibir, adicional al petróleo, entre dos y tres mil dólares por cada profesional de la salud, asumimos que mensualmente aunque no se especifica. Si estimamos un promedio mensual de 2,500 sumarían anualmente cantidades, no despreciables, cercanas a los 1,400 millones de dólares, que sumado al petróleo, a un precio promedio de 100 dólares el barril, la contribución total sería, en esos dos rubros, aproximadamente 5,200 millones de dólares, equivalentes a más de la mitad del PIB de Nicaragua.

Aunque las cifras hablan, por sí solas, no es lo que deseo enfatizar. Me preocupa más preguntarme si el modelo es ético o no. La verdad es que no me causaría recelo, más bien alegría, si estas misiones fuesen espontáneas de gremios médicos que desean emigrar, competir y buscarse un sustento por sí solos en lo que ellos creen que tienen ventajas comparativas. O bien que se organizaran sin fines de lucro para servir al tercer mundo que tanto necesita de médicos abnegados, sea en la ciudad o en el campo. Según parece el enfoque del gobierno cubano no va en esa dirección, sino, en lograr un fin (no sabemos cuál o cuáles) sin importar los medios, según el consejo de Maquiavelo al Príncipe. Este paquete, no turístico, sino de servicios médicos con frontera, y, quién sabe si con intenciones extras, se maneja a la manera orwelliana (remitirnos a la novela 1984) donde todo lo que es programa de estado entra a la categoría de bueno, pues de lo que se trata es de hacer el bien común, donde el gran hermano te vigila y busca tu felicidad.

Todos sabemos que esos modelos terminan mal, al menos si los vemos del lado del irrespeto al individuo y el desprecio a las libertades que son inherentes a todo ser humano. Cómo es posible que se “agrupen” 45 mil profesionales como si fuesen ovejas a las que hay que pastorear y ordenarles dónde pastar, dónde abrevar y pernoctar, y para el colmo se les reconozca solo el 10 por ciento de su sacrificio laboral, todo porque papá Estado se toma la libertad de quedarse o guardarse (no guardarles, que también sería insólito) el 90 por ciento restante.

Eso sin hablar de la calidad de los servicios que prestan. En el mismo artículo nos informamos de que según el Consejo Federal de Medicina de Brasil está preocupado de que en su país se implemente un programa semejante, pues los resultados de exámenes en el 2012 para validar los títulos a los médicos cubanos y bolivianos, arrojan que solo el 6 por ciento logró pasar los exámenes.

 Si esto es cierto, tienen toda la razón los amigos brasileños. Es como si pusiésemos de profesor de matemáticas al 94 por ciento de los aplazados en esa materia en los exámenes de ingreso a la universidad de nuestros jóvenes bachilleres. Hay que revisar el modelo desde el lado técnico y ético.

 Me pregunto, estas cruzadas de salud son encomiables o hay gato encerrado. Sería bueno saberlo.

El autor es economista

 

 

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